"Síes" y "Noes" para hacerle frente al cáncer

 Los síes y los noes sobre los que trata este post son utilizados para trabajar con personas con cáncer y ayudar así a cambiar algunas ideas y actitudes que hacen más difícil enfrentarse a la enfermedad. Este texto lo he extraido del libro "La cara humana del cáncer" de Jimmie Holland y Sheldon Lewis.

  1. No se crea el viejo refrán de que "cáncer es sinónimo de muerte". Actualmente hay muchas personas que sobreviven al cáncer.
  2. Sí. Confíe en la manera de hacer frente a los problemas que en el pasado le ha sido útil para resolverlos y manejar situaciones de crisis. Si es usted una persona a la que le gusta hablar, busque a alguien con quien se sienta cómodo para hablar de su enfermedad. Si es usted una persona callada, puede que encuentre útiles la relajación, la meditación y otras estrategias similares. El secreto, con todo, es el siguiente: utilice todo lo que antes le ha funcionada; ahora bien, si lo que hace no le funciona, busque ayuda para descubrir otras maneras de hacer frente a los problemas.
  3. No se culpe a sí mismo/a de haberse causado el cáncer. No hay ninguna prueba científica que vincule determinadas personalidades, estados emocionales o acontecimientos vitales de carácter doloroso con el desarrollo del cáncer. Incluso si usted ha incrementado su riesgo de padecer cáncer, por ejemplo fumando o con algún otro hábito, no le beneficia en nada culparse a sí mismo/a ni atormentarse por ello.
  4. . Enfréntese al cáncer "un día después de otro". La tarea de tratar con el cáncer parece menos abrumadora cuando se descompone de esta manera, y también le permite concentrarse en sacar lo mejor de cada día, a pesar de la enfermedad.
  5. No se sienta culpable si no puede mantener una actitud positiva durante todo el tiempo, sobre todo cuando no se siente bien. Puede tener períodos de flaqueza, no importa lo bien que lo esté llevando. No hay pruebas de que esos períodos tengan un efecto negativo sobre su salud o sobre el crecimiento del tumor. Si se vuelven frecuentes o profundos, busque ayuda.
  6. . Utilice cualquier método que le ayude a controlar sus miedos o sus sentimientos de inquietud, como la relajación, la meditación y los enfoques espirituales.
  7. No sufra en silencio. Utilice los grupos de apoyo y autoayuda si éstos hacen que se sienta mejor. Abandone un grupo si le hace sentirse peor, pero no intente pasar por todo usted solo/a. Consiga apoyo de sus mejores recursos: su familiar, sus amigos, su médico o las personas que conozca en los grupos de apoyo, que comprenden muy bien por lo que usted está pasando.
  8. Sí. Busque un médico que permita que usted le haga todas las preguntas y con el que sienta que existe un respeto y confianza mutuos. Insista en convertirse en su socio en relación con el tratamiento. Pregunte cuáles son los efectos secundarios que puede esperar que se produzcan y esté preparado para ellos. A menudo, anticipar los problemas hace que sea más fácil manejarlos si se producen.
  9. No se sienta violento por tener que buscar asesoramiento con un profesional de la salud mental para combatir la ansiedad o la depresión que afectan a su sueño, su alimentación, su capacidad para concentrarse o para funcionar con normalidad si considera que la angustia que siente se le está yendo de las manos.
  10.  reexplore sus prácticas y creencias espirituales y religiosas, o encuentre apoyo en algún otro sistema de creencias o en alguna filosofía que usted valore como el humanismo. Estas creencias pueden reconfortable, e incluso ayudarle a encontrar un sentido a la experiencia de su enfermedad.
  11. No mantenga en secreto sus preocupaciones o síntomas (físicos o psicológicos) a la persona que a usted le es más cercana. Pida a esta persona que lo acompañe a las visitas con el médico cuando se discuten las opciones de tratamiento. La investigaciones demuestran que, a menudo, las personas escuchas o asimilan menos información cuando son presa de la ansiedad. Una segunda persona le ayudará a interpretar lo que se ha dicho.
  12. Sí. Lleve un cuaderno de notas con todas las fechas de los tratamientos, resultados de laboratorios, informes de radiografías, síntomas y situación general. La información es algo crucial en el tratamiento del cáncer y nadie puede llevarla mejor que usted.
  13. No abandone el tratamiento convencional que recibe en favor de un tratamiento alternativo o complementario. Utilice los tratamientos alternativos que no son perjudiciales y que pueden utilizarse de manera segura junto con el tratamiento convencional. Asegúrese de contarle a su médico las terapias complementarias que está utilizando o que quiera utilizar, puesto que algunas no pueden practicarse durante la quimioterapia o la radioterapia. Discuta los beneficios y los riesgos de todo tratamiento alternativo o complementario con alguien en quien usted confíe y que pueda hacer una valoración más objetiva cuando usted se encuentra bajo una gran presión. Los enfoques psicológicos, sociales y espirituales son útiles y seguros, y actualmente los médicos animan a los pacientes para que los utilicen.

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