¿Quién soy?

"Si tomamos a los hombres tal y como son, los haremos peores de lo que son. Pero, si los tratamos como si fueran lo que deberían ser, los llevaremos a donde tienen que ser llevados". Goethe
  




  Desde que nacemos, los adultos que nos rodean y más adelante los demás niños que vamos conociendo, hasta nosotros mismos, nos vamos poniendo etiquetas las cuales nos las creemos a ciencia cierta. "Este niño es muy tímido", "Ella es muy miedosa", "No eres capaz", "Eres desordenada", "Es muy listo", "Eres simpática", etc... Crecemos encasillados en unas formas de ser, que nos condicionan la mayoría de nuestros actos. No nos cuestionamos cómo somos realmente sino que estamos convencidos de que somos así. Por ello, muchas veces los niños y también los adultos actuamos conscientes e inconscientemente según creemos que los demás esperan de nosotros.

  Esto tiene también su parte positiva, puesto que si esperan de nosotros que actuemos de forma exitosa, nosotros con nuestra actuación terminaremos convirtiéndolo en realidad. Todo esto tiene que ver con lo que en psicología conocemos por "efecto Pigmalión", que es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas que una persona tiene respecto a otro individuo afectan de tal manera a su conduta que el segundo tiende a confirmarlas. Es lo que se llama "profecías autocumplidoras o de cumplimiento inducido"; lo que esperamos de una persona decide a veces su desarrollo real.

  Lo malo de estas etiquetas se refleja, como ejemplo, el elefante del cuento de la entrada anterior. Desde pequeño había creído que tenía que estar atado y que no era capaz de moverse solo, así se lo hicieron creer. Por ello lo asumió tanto que no puso en duda esa creencia. Cuando las ideas que tenemos de nosotros mismos son mayoritariamente negativas nos puede llevar a una falta de seguridad en sí mismo, incapacidad de tomar decisiones por cuenta propia dependiendo de la opinión de los demás, lo que puede desembocar en depresión o en crisis de ansiedad, entre otros trastornos.

  Para solucionar muchos de los conflictos internos que tenemos con nosotros mismos y para desetiquetarnos de aquellas actitudes que nos perjudican, tenemos que cuestionarnos esas creencias y comprobar si realmente son ciertas. Muchas veces nos lo hemos creído tanto tiempo que nos parece imposible cambiarlas. Es un proceso de desaprendizaje, de autoconocimiento que si se lleva a cabo, con la ayuda necesaria en caso de que haga falta, nos encontraremos más a gusto con nosotros, con los demás y seremos más felices.


Comentarios

Entradas populares